jueves, 27 de diciembre de 2018

Desnudando la cabeza

Soltó el vestido de su cabeza,
aquel que en años, le coreó,
hete que el tiempo cambió,
y en apenas una pieza,
el suelo se derritió, en cabellos de inocencia.

Ninguna luz se apagó,
si acaso, alguna brilló,
no de alarma, si no de destreza,
importa un bledo una capa, de temor en la cabeza,
se esperaba ese destino y ese destino llegó,
¡Mas vale calva torera que pelo en la desazón!

Y de esa bombilla que brilla, que hace de faro a mi vida,
tan solo belleza veo; envite, bravura y tesón;
me demuestras, vida mía, ¡gema de mi corazón!
pequeñez de este alma mía y grandeza de valor.

Que coraje tienes, hijo,
admiro tu decisión,
eres el puerto que elijo,
la cala de mar tranquilo,
en donde anclar mi vapor,

Eres idílica noche,
eres total derroche,
de la magia y del amor.

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