sábado, 7 de noviembre de 2020

No es tarde

 No parece profundo, pero sigue sangrando y no todo lo que parece, afirmación merece, pues profunda la herida es.

Toda una existencia de sacrificio y mucha gente querida que ha quedado en el camino; doloroso es el destino, mas la vida es la que es y no queda, si no asumir el papel, abnegado y transitivo, de aceptarla siempre en pie.

Y en tanto, vosotros, quien tanto le debéis, os ausentáis de esto esgrimiendo tontas excusas, blandiendo frágiles razones de sustento insuficiente, dejándoos  llevar por la cómoda corriente y acabando en una exclusa, que os impide en vuestra dejadez continuar un camino en el que en sabiduría os iniciaron y que en ignorancia acabáis.

Mirad hacia aquí y no traicionéis a vuestro corazón.  Llevar la vista a otro lado, sólo supone traición a quien tanto y tanto ha dado y se siente abandonado tras una vida de entrega que, en cariño  a vosotros,  entera la consagró.

No soy quien para juzgaros, siquiera para meterme en vuestra piel, tan sólo deciros que, la vejez, a todo mortal le llega y  que más pronto que tarde, el tiempo todo pondrá en su lugar.  Quizás merezca la pena, desde el alma reflexionar y desde el amor más profundo, poder doblegar su pena… Quizás no sea tarde para rectificar, que es lo que de vosotros se espera.

Quizás es tan sencillo como obrar como el corazón piensa dejando las banalidades en el ángulo más sombrío del trastero de vuestra existencia, pues dudo que el agua de la misma fuente se corrompa tanto tan sólo por recogerse en diferentes frascos.

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