Me asola la incertidumbre, me abrasa, me quema, aventada por el fuelle del miedo…Me aferro a
la esperanza, al anhelo, al deseo, negándome a arrimarme al árbol de la
racionalidad. Una negación a lo preciso,
un pulso desnivelado con lo concreto que siempre lo veo ganado y jamás
perdido, pero que ahora, más que nunca, edifica en las simas de mi alma la concreción
de la turbación, de la posible derrota, del síncope certero que doblegue a un
optimismo que percibo vacilante.
Me aferro a la soledad de las letras, ahuyento a todo cuanto
me distorsiona, descargo la negatividad de mis aprensiones como gato panza
arriba que sin querer, lanza desbocadas sus zarpas y en su desazón hiere…
No es otra cosa si no miedo, descomunal, atroz…
Quiero encerrarlo en estas letras, quiero que de las mismas
surjan inquebrantables barrotes, alzados en base a la prima materia de la
sólida esperanza…
Quiero y te pido, glotón de signos, captor de rimas, aguador
de versos… quiero, amigo mío, pedirte que me acompañes tras la lectura de estos
descabalados textos en la lectura de otros que viajan a las
estrellas y allá se agrandan. Te pido
amigo, que hoy, me ayudes a que el cielo me escuche y se haga eco de mis
súplicas…
Te pido hoy, amigo, el eje del mundo,…
Te pido hoy, amigo… te pido Amor.
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