Navidades que despiertan,
las más terribles verdades,
volviendo necesidades,
lo que el orgullo en su guerra,
disfraza en banalidades.
Hoy mi alma lastimaste,
no me pilla de imprevisto,
pues es ante el mundo que existo,
sometido al cruel capricho,
de ruinas en soledades
Pena mi aliento ese sino,
mas se mantiene radiante,
pensando que, Dios mediante,
haga justicia el destino
y pueda de nuevo amarte...
hermano...., refugio mío.
Emociones muy fuertes bien expresadas creo que no hay que admitir tanto un poco de reserva pero me dejo pensativa.
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