Corre la enredadera por la pared pétrea, verdes vitales en busca del éter, contemplados por los picos que desafían al mundo… El Deva avanza implacable, modelando el gentil paisaje en caprichosas formas que se reivindican ante el universo.
Asombrado concurrente al concierto de esplendores, doy gracias por mi estelar papel testifical en este compendio de desatada belleza, buscando en el plomizo cielo quien atienda a mis apremios, y es entonces cuando las musas, me sonríen asomando entre las nubes grises que esconden el esplendor de un rey , y me lanzan pétalos de versos desordenados, que plasmo en desmadejados espasmos de contenida ilusión.
Es sentir el placer de los dioses, la caricia de las musas, imposible no sentirse así en un lugar como ese.
ResponderEliminarUn abrazo.
La vida continua, el cielo sigue escuchando nuestros susurros y las musas adornan la belleza que encumbran los sueños...
ResponderEliminarabrazzzusss
Bellas tus letras, inmensamente bello el valle y su entorno. Un abrazo José Carlos.
ResponderEliminarVeo que te gustó!! Es como un paraiso.
ResponderEliminarUn saludo
Me gusto lo de "desatada belleza". Paisajes así invitan a la inspiración y a ti te atraparon las musas.
ResponderEliminar!Un saludo¡