Da gusto encontrarse a buena gente por el mundo, y fue en Simancas, en la provincia de Valladolid, muy cerquita de la capital castellana, donde tuve la inmensa satisfacción de hallarla.
Quizá sean solo pequeños detalles, pero son nimiedades las que en muchas ocasiones colman las almas... una palabra amable, una sonrisa a tiempo, son en muchas ocasiones mas que suficientes.
Decía mi padre desde la poltrona del mostrador al que dedicó su vida, que un cliente cuesta años ganarlo y solo segundos perderlo. Siempre he compartido esa sabia percepción de las cosas, pero en esta ocasión, situado en el lado de los ociosos, he de decir que el tiempo ha sido ecuánime con nosotros y con el Hostal La Abuela, situado en el complejo de Ruta de Campos, puesto que han sido unas pocas horas, más que suficientes, para que el lugar quede, en nuestro cuadro de honor de los recuerdos bonitos.
La sonrisa agradable y laboriosidad de Ismael y Victor, dos camareros gigantes de los que ya se encuentran pocos por estos lares, la simpatía y buen rollo de Marifé, gobernanta del lugar y de maravillosa sonrisa... En fin que de "bien nacidos es ser agradecidos" y me apetece compartir con todos vosotros, esta mi experiencia, para que si algún día navegáis por esas tierras castellanas, hagáis por allí una parada.
Buen trato, buen yantar y magnífico precio en todo lo que nos ofrecen. Vosotros no se, pero nosotros desde luego que, en cuanto tengamos ocasión, pasaremos por Ruta de Campos de nuevo a repetir visita.
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