Verdor fresco en anochecer de sofoco,
agua viva serpenteando entre piedras,
solemne el puente, abriendo su ojo al cielo,
mostrando su retablo de estrellas.
Vibran los manantiales,
brillan las luciérnagas,
coletean los pececillos,
galápagos en la arena,
pajarillos aun despiertos,
con su música deleitan,
y el éter se embriaga de aromas,
de las jaras y azucenas.
La montaña vigilante,
grandiosa en el altozano,
como solemne atalaya,
cuidando de las riberas,
celando por el legado,
de Madrigal de la Vera.
Inreible!! Muy bueno!! Plas plas plas plas Me quito el sombrero!!
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