Yo juré defenderte, y en aquel compromiso me reafirmo,
que no se ofrece uno por nada, que al corazón no le colme,
que es la virtud quien marca el latido,
que es el amor por lo querido,
que es, puro orgullo, atalaya y norte…
Que no fui yo… sino mi alma, anclada en su tierra,
en la grandeza que exhala, formada e uniformada,
batió en ímpetu sus
alas, y postrose ante su bandera
Que no era yo en aquel inolvidable beso,
que era agradecimiento a todos y cada uno de los que me
precedieron,
a aquellos que construyeron el blasón de tu grandeza,
que no eran lobos, que no eran hienas,
que no eran oportunistas de trile ni de verbena ,
que eran gente de campo, honesta, honrada y buena,
esos a los que siempre engañaron con cantos de mil sirenas.
aquellos que, una vez más dieron, el verde a las tierras
yermas,
después que otros dispusieron, dejarlas de muerte negras..
Yo juré defenderte, España
pues Madre, merece la pena.
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