Su sonrisa, la que me da la vida,
terremoto de valentía y coraje,
real desnudo, en esa verdad sin traje,
no dando la batalla por perdida.
Realidad manifiesta,
no caben aquí posturas,
redonda es la luna,
aunque en cuartos, no parezca esfera,
un día más de una realidad cualquiera,
terrible castigo de cruel negrura.
Aquí sigo, mis amigos,
jugando a ser un
poeta,
con las musas empeñadas,
en hacer gemir mis letras,
lágrimas desbocadas,
pendientes de una quiniela,
y el corazón hecho un higo,
desolado por su apuesta.
En un dámero imposible,
siquiera de alcanzar tablas,
sujeto a mi rey, firme,
evitando que este caiga…
En un dámero imposible,
eres mi jaque, esperanza.
Buenos dias Esperanza
ResponderEliminarBuenos días!!!
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ResponderEliminarPrecioso Carlos. ¡Ganarás! ¡Ganaréis!
ResponderEliminar¡Ganaremos!
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