Henchida la esencia en halagos,
figurantes a modo de montacargas,
que izan el ego al cosmos,
se aplica el aplastante y común contrariado,
quejoso descafeinado,
en episodio de un loco,
que brota por las ventanas,
ausente de tanto foco,
educando que se agarra,
reflexivo de la batalla,
a armónicos de una guitarra,
y se concede con poco,
alimentando el esbozo,
en letras encadenadas,
bajo ritmos cadenciosos,
sin estar por laureadas,
por sus instantes ociosos,
volteando con las hadas,
en los ciclos caprichosos,
que antojadizas reclaman,
versos por terremotos.
te doy mi reconocimiento a los mejores versos que he leído esta semana
ResponderEliminarel final apoteósico
enhorabuena
saludos
Raúl
Los humanos ya no escuchamos, solo queremos que nos oigan y seguir en el rebaño por si los lobos. Y el resultado no nos debería de extrañar.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me gusta verte en el Tl ...
Amaia
Muchas gracias Raul. Un honor viniendo de vos. Un saludo
ResponderEliminarGracias por el comentario Amaia. Tristemente así es en demasiadas ocasiones. Nos vemos en el TL. Un beso Enorme!!
ResponderEliminarDesviarse del camino
ResponderEliminarcon mirada rota,
en torno a destinos
que nada importan,
si es posible palabras,
aunque sean cortas,
¡¡prestamelas ayuda!!
las enlazaré con otras...
César.-
Errante herrero que yerra algún cabestro, traspiés puede dar a diestro y siniestro...
ResponderEliminarcésar.-