Miradas entretejidas sustentadas por las pupilas que como imanes se atraen, dos labios que se examinan y hallan, dos lenguas que se adhieren y bromean precisas trenzando al compás de los armónicos deseos.
Manos que agasajan cada intervalo de la dermis desatando sacudidas de fantasía, y un irremisible deseo de fundir las almas entre gemidos de anhelo.
El tiempo claudica y se ausenta, la magia atora el espacio en plenitud de dicha, acompañada por los gemidos de ensimismadas gargantas, que lanzan sinfonías de gozo al decorado del cielo.
Muy bueno. Enhorabuena!!
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