viernes, 27 de mayo de 2011

CLAUDICA EL TIEMPO




Miradas entretejidas sustentadas por  las pupilas que como imanes se atraen, dos labios que se examinan y hallan, dos lenguas que se adhieren y bromean precisas trenzando al compás de los armónicos deseos.

Manos que agasajan cada intervalo de la dermis desatando sacudidas de fantasía, y un irremisible deseo de fundir las almas entre gemidos de anhelo.

El tiempo claudica y se ausenta, la magia atora el espacio en plenitud de dicha, acompañada por los gemidos de ensimismadas gargantas, que lanzan  sinfonías de gozo al decorado del cielo.

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