lunes, 3 de enero de 2011

COMILONA SIN PITILLO, JARDÍN SIN FLORES

Tras estos días de visiteo y excesos, afrontaba este domingo retornando a la bendita rutina, esa tan simple como el mecanismo de un chupete pero estabilizadora de los niveles de un reloj biológico en estas fechas descompensado. Y digo simple, porque la misma se limita a levantarse voluntariamente cuando el cuerpo te lo pide, salir a tomar unas cañitas al bar que el azar en su sabiduría me asignó para que alternara a gusto, y finalmente, abandonado a la pereza y perrería exagerada, quedarme anclado a la mesa atestada de vasos y platillos vacios, esperando a que el bendito Juan, en una nueva clase magistral de oratoria, me ofrezca su maravilloso repertorio de sugerentes viandas.  A Juan no hay que pedirle nunca la carta de vinos, te la dice de memoria, lo que no ha de interpretarse como cosa de gran mérito, pues se limita a tres caldos: Tinto, Blanco y Clarete, eso si, siempre fresquitos y nunca cabezones.

Pues eso, que esta mañana, me he acercado al bar de Juanillo y me he encontrado sumido en un ambiente digamos que "descafeinado", y es que parecía que la tristeza se había apoderado de la fiel clientela, de la que todo sea dicho, se notaban destacables y extrañas ausencias.  En fin, el caso es que he pedido la rondita de rigor y mira tú que tras el segundo traguito a mi cañita fresquita, mi subconsciente ha dirigido mi mano hacia el bolsillo de la camisa, buscando la lata de tabaco, y digo lata porque ya hace tiempo que fumo tabaco de liar que previamente preparo en casa, obligado por el atraco a mano armada diario por parte de esos que me lo prohiben pero que se llenan los bolsillos a mi costa. Vaya, que además de puta, me toca poner la cama.

Decía que mi mano buscó el tabaco y ha sido entonces cuando me he acordado de la madre, del padre, de la abuela y el abuelo y de toda la estirpe de más de uno, pero como buen ciudadano, me he dirigido a la puerta del local y ya en la calle, he dado candela al pitillo sintiéndome un apestado, tanto es así que he dirigido la mirada a mis brazos de manera asustadiza no fuera a ser que en un descuido nocturno me hubieran colocado algún brazalete o tatuaje que me delatara, mas no ha sido el caso.

De vuelta a la barra, he apurado la caña y es entonces cuando le he preguntado a Juanillo por el menú de hoy, hecho que le ha sorprendido pues íbamos únicamente por la primera ronda, y resignado y con menos alegría y arte que lo acostumbrado, probablemente marcado por una mañana que no le ha debido de ser benévola, ha recitado con cadencia cada plato con cara de estarse acordando también de la familia de la misma gente que yo tan cariñosamente, había tenido a bien tener presente, instantes antes.

El menú, de verdadero encanto, fabes con almejas de primero y un solomillito de ternera de segundo que estaba de lujo, atendiéndonos con el encanto y profesionalidad de costumbre y todo ello por el módico precio de doce euritos, bebida y café incluidos.  El comedor a rebosar, como no podía ser de otra manera.

Pero he aquí que con el buche lleno y un humeante café solo, esperando las caricias de mis labios, ha vuelto a aparecer la imperiosa necesidad nicotínica. En esta ocasión, por respeto a aquellos con los que compartía mesa, me he quedado quietecito lamiéndome mis heridas resignado, he tomado la taza, lo he bebido casi de un trago que ha abrasado mi garganta y de inmediato he solicitado la cuenta.

Hoy no ha habido chupitos, ni copa y creo haber interpretado en las acciones de muchos de los demás que compartían comedor, que sus actuaciones irían por los mismos derroteros. Pagando religiosamente me he despedido de mi amigo Juanillo con un "hasta pronto" cargado de sinceridad, pues ciertamente el afecto personal siempre estará por encima de los desvaríos de esos que se supone me representan, no obstante, y sintiéndolo mucho por mi colega, ya no serán las mismas cañas, los mismos refrescos y las mismas copas que antaño.  Tampoco beneficiaré a las tiendas, pues en casa ni me saben igual ni me apetecen, cuestión esto de religión, la Religión del Bar, algo social y muy nuestro que se han empecinado en cargarse y conseguirán.

Me hubiera gustado bajar a las seis donde Juanillo a ver el partido del Barça, mas he decidido que por internet puedo verlo desde mi casa mientras me fumo mis cigarritos y además, dependiendo del canal por el que lo vea, aprovecho y aprendo idiomas.

Podrían haber legislado buscando fórmulas que contentaren a todos. Por supuesto que hay que respetar el derecho de los demás a no tragar humos, pero había mil formas diferentes de solucionarlo y ustedes han elegido de nuevo, para salvaguardar un derecho, pisotear cientos de ellos.

¡Váyanse a tomar por donde el pepino amarga!

5 comentarios:

  1. Perfecta descripcion de como nos hemos sentido muchos en el dia de ayer,de hoy,y de los venideros..la palabra apestaos,es la mas exacta que podias haber nombrado ,no entiendo ni quiero entender a los politicos,ademas de todo me siento privada de mi libertad,ya que tampoco nos dejan fumar en parques al aire libre..aire LIBRE..ironica palabra.
    Decirte que me ha encantado y no lo voto porque me da error,si no,te ponia 1 millon.besos

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  2. tendremos que ir a esos garitos cutres (de los que soy asiduo) que hay que petar en un portalon 3 veces y decir una contraseña. Me siento como un cocainoma que va al retrete para prepararse una linea de fatalidad, pero yo escondido en antros donde la policia no realice demasiadas "incursiones".
    P.D.: Los pulmones son mios, los compré en el carrefour de oferta.

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  3. No diría yo tanto como jardín sin flores porque flores y jardines con humos y tabacos no me encaja bien ... pero estoy totalmente deacuerdo contigo en que para salvaguardar los derechos de unos se han pisoteado los de otros: la libertad de cada uno termina donde empieza la del vecino y el límite de cada una sólo puede negociarse desde el respeto, es un equilibrio a veces difícil pero en este caso la balanza se ha roto directamente... Además el atentando contra nuestras libertades me parece claro: el tabaco es legal pero los bares de fumadores no ... ¿por qué no puedo abrir un bar para fumadores??
    Un abrazo (y deja de fumar que no es sano)

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  4. Tienes mal el botón de Bitácoras, echa un vistazo.

    Feliz Año Nuevo.

    Un abrazo.

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  5. Yo también me siento una apestada, tampoco me sabe bien una caña en casa y menos un pitillo en la puerta de un bar.

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