Me percibo acongojado y escondido,
inmerso en cientos de sensaciones latentes,
que me arrastran a lagunas de desconcierto,
me noto fugitivo descubierto,
en campos de desazón acompasada,
al ritmo de acontecimientos inciertos,
de realidades lanzadas, a un futuro de desaliento,
a un final de desbandada,
de valores y recuerdos.
Me siento tan impulsado,
igualmente tan parado,
me comen los sinsabores de la razón el aliento,
devoran mis sentimientos las más plausibles razones,
de un día a día encarado con alma de niño chico,
y realidad de hombre atenazado,
a la vez que muy asustado,
por transformadas emociones.
Me acechan las tentaciones,
susurran a mis oídos,
me animan a dar un grito de negación y de olvido,
me arrastran a la flojedad de mi ego,
aun cuando mi yo, no se mantiene callado,
más bien se acelera, clama y alza su vista al cielo,
buscando un consuelo sereno,
buscando un camino claro.
Es quizá la redención que siento,
la que me lleva a recitar estos versos,
del corazón nacidos, como nace el viento
tras heladas montañas, a capricho del tiempo.
Es quizá la felicidad latente,
que en mi corazón anida, en espíritu aniñado,
que ha reencontrado su asiento,
ánima perdida inyectada del aliento,
de quien le dio la vida.
"Es quizá la felicidad latente,
ResponderEliminarque en mi corazón anida, en espíritu aniñado,
que ha reencontrado su asiento"
Me gustó todo, pero me robo esa partecita, mi preferida =)