Querido amigo:
Hoy la tierra ha resuelto que finalices tu camino.
Impasible, implacable, ha considerado que tu tránsito ha
sido suficiente en abundancia, que has aportado tanto y tanto, que quizás un
ciclo había de concluir.
No lo entiendo, amigo…
No entiendo por qué, ha de marcharse tanta gente buena y
noble…
Soy incapaz de aceptar que el mundo ponga un límite a
quienes tanto le han aportado, máxime
cuando la raya final, se ha dibujado en esas etapas en las que únicamente debiera
tener cabida la satisfacción y el premio por la dedicación y el deber cumplido;
la gratificación por haberlo dado todo, por y para los suyos.
¿Qué puedo hacer ante esto? ¿Maldecir? ¡No!... La vida es lo
que es, la vida igual te da una palmadita en la espalda como igualmente sin
esperarlo, te destroza… La vida es Ley, la Ley no siempre es justa, pero la Ley
es de Vida, esa que lejos de ser selectiva, decide implacable cuando ha de
pararse el tiempo sin criterio alguno que la sostenga.
No me queda otra, que aceptar lo inaceptable.
No me queda otra que, asumir lo inasumible.
Cojo con entusiasmo el testigo, de currar sin desfallecer
por los que se quedan, y hago un hueco enorme en la memoria viva de mi corazón,
para alguien tan grande y que tanto y tan bueno me ha dado.
Quiero vivir cada día tu recuerdo como un homenaje.
Quiero llevar a la práctica esos valores que con el paso de
los años me has transmitido y en mi alma han calado.
Quiero sentirte inmortal… Vives en mí, inmortal.
José Carlos
31/10/2017
A Enrique
In Memoriam
Mi más sentido pésame José Carlos.
ResponderEliminarQue en paz descanse tu amigo.
Un fuerte abrazo para vos.
Lau.
Muchas gracias, Lau.
EliminarA ver si la racha cambia y vuelven las cosas bellas a este blog, porque no hay manera de levantar cabeza...
Un abrazo
No sabés cómo te entiendo Amigo...
ResponderEliminarOtro abrazo muy fuerte!
Lau.