Alzar la vista al cielo sabiendo que te encontraría, y en el centro el frescor perenne de tu brisa, el brillo de tu infinita presencia,
iluminando por siempre, un corazón,
que late inmenso en el universo,
para la eternidad.
Sonrío, no querrías otra cosa...
¡Feliz día, mamá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario