Quince años que han pasado,
y parece que fue ayer,
del deseo, el deseado,
revelado en suave piel,
un terremoto de vida,
que azotó a la incertidumbre,
inyectando nueva vida,
ciñendo al hogar de lumbre,
dejando atrás una derrumbe,
que se temía venía,
a cambio de la alegría,
que vino en sus ojos dulces.
Bendiciones, vida mía,
feliz cumpleaños, hijo,
te deseo en este día,
con corazón y cariño.
Bendiciones, vida mía,
te deseo lo mejor,
regalando esta poesía,
nacida del corazón.
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