Nada esperaba de ellos y nada obtuvo, si acaso un
acrecentamiento de algo que inicialmente identificó como rabia pero que
finalmente se reveló como profunda pena ante humana podredumbre.
Nada esperaba de ellos y sin embargo se asomaba cada
instante a la ventana de la, en este caso, inútil esperanza, convencido quizás
de que la común savia, agitara las neuronas dormidas en años de decadencia
moral.
Nada esperaba de ellos porque ellos nada querían ofrecer…
Nada esperaba de ellos, ciegos de orgullo y soberbia,
enemigos de la verdadera esencia del Amor…
Nada esperaba de ellos incluso poniéndoles en bandeja la
posibilidad de regalar un perdón, rebajado a la humillación sin nada a lo que
perdonar…
Nada esperaba de ellos y según transcurre el tiempo, ellos
caminan hacia la nada en su alma, deambulando por ella como figuras que se van
difuminando con cada tic tac de la vida.
como tus letras, nos deslizan en el tic tac de la vida... cuando muchas veces esperamos, y en algunas no obtenemos,lo anhelado; admirando tu escritura, te dejo un abrazo con todo cariño, José Carlos
ResponderEliminarUn abrazo muy muy fuerte, querido Amigo.
ResponderEliminarY todo mi cariño como siempre.
Lau.
Amigo mejor descrito imposible, la soberbia no conduce a lugar alguno!
ResponderEliminarGrande Jose Carlos.
Leerte un placer como siempre.
Abrazo gigante!!