Valtablado de Beteta: Un viaje
imaginario a la vida de un pueblo español desaparecido en 1973.
“Valtablado de Beteta fue un municipio de la
actual capital de comarca de la Serranía Alta de Cuenca. En 1973, el Instituto Nacional para la
Conservación de la Naturaleza (ICONA), lanzó una oferta de compra sobre el
término bajo la forma legal de “expropiación forzosa por interés público del
término municipal”. Hoy, antiguos
vecinos, descendientes y amigos de este municipio, han fundado una asociación
llamada “El Rinconcillo de Valtablado” con el propósito de recobrar la identidad
colectiva como castellano-manchegos y, sobre todo, como vecinos. Aquí está la primera piedra del nuevo
Valtablado”
Del prólogo de “Camino de Vuelta”
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El pasado
miércoles día 15, viví un momento muy especial en mi vida y es que tuve la
oportunidad, de poder presentar mi libro Compendio de Relatos en la XXIII Semana Cultural de Beteta; un acontecimiento de solera que en esta edición
presentaba un programa de actividades muy completo y de gran calidad; evento
del que me siento afortunado y agradecido de poder haber sido partícipe aportando
mi pequeño granito de arena.
Fue
especialmente emotivo aquel acto por varias razones. Por una parte, el hecho de que se tratara del
pueblo que vio nacer y acogió a mis antepasados, un lugar excepcionalmente
bello donde cada rincón es un poema; por otra parte, la presencia de aquellos
que, aun ausentes por Ley de Vida, sentía con poderosa fuerza a mi lado en un
momento tan especial como si nunca me hubieran dejado…
Acabada la
presentación y en plena vorágine de firma de ejemplares, recibí una sorpresa
especial y es que una persona igualmente especial, mi vecina Elena, me regalaba
y dedicaba, en nombre de la Asociación “El Rinconcillo de Valtablado”, un
ejemplar del cuaderno de viaje editado por dicha entidad y titulado “Camino de
Vuelta”. Agradecido acepté aquel regalo
y prometí que gustosamente lo leería y comentaría. Es ahora que con todo el cariño y tras haber
concluido la lectura del texto, quiero hablaros del mismo.
Explicaba
anteriormente de la emotividad que supone compartir algo importante con los
tuyos, con todos esos que forman o han formado parte de tu vida. Mencionaba también el singular sentimiento de
regresar a mi tierra, bella y única… Sin embargo, si mi pueblo ya no existiera
como tal, si anduviera por la vida desterrado de mis raíces, sentiría una
enorme carencia, un atroz vacío que difícilmente podría volver a llenar.
Como mal menor y
a modo de bálsamo, mantendría viva esa esencia apuntalándola en los recuerdos;
esos que las circunstancias de la vida, los decretos legales o la mano del
hombre, jamás podrían derribar ni eliminar de mi alma. Si además todos esos recuerdos y vivencias,
los dejara plasmados en un libro, lograría así eliminar como rival al tiempo y
su transitar eterno, dejando viva e imperecedera la memoria de la base de mis
sentimientos.
Decía Homero “Nada hay tan dulce como la patria y los
padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más
opulenta”, frase que viene como anillo al dedo pues así, al modo de la más pura épica greco-latina,
los miembros de la asociación “El Rinconcillo de Valtablado”, antiguos
habitantes, descendientes y amigos de ese lugar, emprendieron con ilusión un
proyecto para recuperar la identidad colectiva y mantener viva la esencia del pueblo.
Uno de esos
proyectos es este cuaderno de viaje titulado “Camino de Vuelta”, preludio del
principal objetivo de la entidad que no es otro que la generación en las ruinas
del desaparecido municipio de una exposición permanente de arte y memoria.
“Camino de
Vuelta”, tal y como se explica en su prólogo, es una historia particular de un pequeño pueblecito en mitad de la
geografía española, una historia universal sobre las raíces de los hombres, de
los pueblos, de sus gentes…
Un recorrido que
sumergirá al lector en un viaje apasionante, recorriendo las cuatro estaciones,
que evocan la singularidad de un pueblo latente y vivo. Cuatro estaciones, como las del genial Vivaldi,
a modo de poemas, imágenes, recuerdos…
Cuatro estaciones que no precisan de los elementos del lenguaje musical,
como en el caso del compositor italiano, pero que sin embargo emanan acordes en
cadenciosa armonía, melodías de identidad propia y única.
Os animo a que
iniciéis, de la mano de las buenas gentes de Valtablado de Beteta, ese “Camino
de Vuelta” del que a buen seguro, todos y cada uno de nosotros, nos haremos de
corazón cómplices.
José
Carlos López Martín
@Costampla
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MÁS INFORMACIÓN EN:
EL RINCONCILLO DE VALTABLADO
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Artículo publicado también en:
Muy bonito el escrito dedicado a Baltablado.
ResponderEliminarUn abrazo para los dos
Gracias Josefina :)) Otro enorme para vosotros amiga.
EliminarNadie cono tú para contarnos de estos pueblos y los sentimientos tan profundos que despiertan dentro del corazón de sus habitantes.
ResponderEliminarUn gran abrazo poeta!
Gracias por el comentario amigo. Otro abrazo enorme para vos
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