TRAS EL CRISTAL (PACO HELGUERA)

Por Francisco Javier Helguera

TRAS EL CRISTAL

Tras el cristal, yo frente a ti, los dos solos y sin embargo nos separa un abismo. Tras el cristal, a un lado, rebosa la belleza, la hermosura, la lindeza y la guapura, la elegancia, la armonía, la pureza y el candor. Tras el cristal, la bondad y la honradez, el salero y simpatía, lo afable, lo afectuoso y lo agradable. Tras el cristal, lo más querido, lo más amado, lo venerable, lo adorado, lo glorioso y lo divino, el cielo y el paraíso, lo anhelado. Tras el cristal tu semblante, con la sonrisa más bella que jamás haya podido ver, denota gozo, alegría, felicidad. Tras el cristal, rodeada de las más bellas flores, destacando radiante entre todas ellas, el embrujo, el encanto, el hechizo, la atracción y la delicia. Tras el cristal, habiendo creado las dos estrellas más maravillosas del firmamento, la madre más cariñosa, la más entregada, la más tierna y afectuosa. Tras el cristal, la esposa perfecta, la más comprensible y paciente, la amante más fogosa, volcán de pasión. Tras el cristal, la amiga fraterna, compañera solidaria, la que apoya y respalda, la apreciada.

Tras el cristal, tú a mí no puedes verme, yo no puedo dejar de mirarte y con la más profunda pena, cito tu nombre con un desgarrador grito que me parte el corazón... pero no puedes oírme. Tras el cristal, no dejas de sonreír, y mi tensión emocional inunda mis mejillas. Al otro lado, tras el cristal, tú frente a mí, los dos solos. Tengo muchos rostros para verte, muchas manos que quieren tocarte, muchos labios para poder besarte. Al otro lado, tras el cristal, tengo muchos sueños reunidos y abatidos, fragmentados como una granada, muchos años en la distancia de momentos en los que quisiera parar el reloj. Al otro lado, tras el cristal, muchos caminos sin saber por dónde ir, muchas llaves de puertas que no sé si sabré abrir, muchos pasadizos en dirección al delirio. Al otro lado, tras el cristal, muchas pasiones sobre mi cama vacía, muchos espejismos y agonías, muchos pedazos de piedra de amor. Al otro lado, tras el cristal, la amargura y la congoja, la tristeza y el dolor, la pena, el tormento, la pesadumbre y el abatimiento. Al otro lado, tras el cristal, la agonía, la aflicción, la derrota y desolación, la angustia, el desaliento, la inquietud y el hundimiento. Al otro lado, tras el cristal, el temor, el recelo, la incertidumbre y desasosiego, la inseguridad y la depresión, el desánimo y la desmoralización.

Al otro lado, tras el cristal, vienen a buscarte. Es el peor momento que nunca jamás hubiese imaginado, el momento en el que van a separar nuestro amor y nuestras vidas, el momento en el que la luz se vuelve oscuridad, en el que las flores se marchitan, los ríos dejan de correr sobre las piedras, el viento deja de mecer suave las hierbas frescas. Al otro lado, tras el cristal, y antes de irte, siento cómo me pides que sea fuerte, que tenga coraje para afrontar esta separación, que luche tenazmente contra todos los obstáculos y dificultades que se presenten en mi nuevo recorrido en esta vida, que no decaiga ante las adversidades, que demuestre a todo el mundo, a mí mismo, y sobre todo, a esos dos soles, que voy a ser capaz de conseguirlo. Al otro lado, tras el cristal, y antes de irte, siento cómo me pides que cuide mucho de ellos, que les de todo el amor del mundo, que sientes mucho tener que irte así, que siempre nos has querido, que tu corazón ha estado siempre rebosante y colmado de amor y felicidad, que hemos sido lo mejor que te pudo dar la vida y que siempre has dado la tuya por nosotros. Me pides que no te olvidemos nunca, que te recordemos siempre tal y como eras, y que desde donde sea que estés, vas a transmitirnos todo el coraje para que podamos encarar la vida los tres juntos.

Al otro lado, tras el cristal, te digo hasta siempre, MI AMOR.