Suspira la añeja higuera,
en el rincón escondida,
de las brisas de la sierra,
sabiéndose sometida,
a los antojos de esta,
consciente de que sus sueños,
quedarán en el camino,
alcanzados por el frío,
que inmolará a sus pequeños,
cuando se ausente el estío.
Fue cruel la primavera,
tocando tarde su cita,
en la rutina maldita,
de olvidarse de esta tierra,
mas sueña ilusa la higuera,
que el ciclo no se repita,
mientras sus hojas suplican,
a los hielos implacables,
que tengan por fin paciencia,
y se olviden de este pueblo,
para tener descendencia.
Compañero Costampla! Vengo a saludarte también y dejarte mi abrazo en el retorno de un breve lapso vacacionario.
ResponderEliminarUn abrazo.