Sentían la respiración en la cara,
como llamas aventadas, por mil fuelles remendados,
sutil recital cadente, de suspiros inacabados,
almas a la pasión entregadas,
pasiones desorbitadas,
en entes que, desbocados,
pararon el andar del tiempo,
por los impulsos llevados.
Dedos que inquietos transitaban,
por páramos temblorosos,
en seísmos de ternura,
cuerpos que se abrazaban,
con el deseo imperioso,
de elevarse a las alturas,
Labios que se encontraban,
en besos predestinados,
sentimientos que volaban,
sin tener un rumbo claro,
corazones que se amaban,
y que a la suerte otorgaban,
los instintos desatados.
culminando en estertores,
de gozo descontrolado.
¡Que bonito poema!, ainsss.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y sensual, buen estilo. Exito .
ResponderEliminarMuy pasional, José Carlos, me ha encantado. Una pregunta:¿No tienes banner para enlazarte? Una invitación: Cuando tengas un tiempito, ve a visitar mi otro Blog literario que no conoces. Te espero, Poeta!!! Ahora te sigo.
ResponderEliminarMe encanta que además de acompañar a tus hijos desde los otros Blogs de futbol, puedas tener este maravilloso espacio. Un abrazo, amigo.
Genial! "cuerpos que se abrazaban, con el deseo imperioso, de elevarse a las alturas," cuanto deseo, que profundo. Un fuerte abrazo
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